domingo, 21 de agosto de 2011

Resumiendo julio II: Las Tuerces, rincón de rincones.

 Si quieres desentumecer los brazos después de meses y meses sin que estos hayan visto la roca; tu lugar es Las Tuerces.  

 

Si quieres encontrar líneas de bloque suaves, donde predomine el agarre grande; tu lugar es Las Tuerces.



Y si quieres perderte por infinidad de callejones, entrar en rincones donde desaparecer de la vista de cualquiera, pasar del calor al fresquito en un segundo, o pasear por sitios que rezuman magia; tu lugar es Las Tuerces.


Y para volver a apretar un poco... ¡todavía hay tiempo!

lunes, 8 de agosto de 2011

Repasando Julio: paseo por Hijedo


Una tarde de julio, en la que la pereza se apoderó de nosotros y no nos dejó escalar, dimos cerillazo al carbón de la barbacoa. Después de haber dado buena cuenta de la carne hecha sobre las brasas, vimos peligrar cualquier tipo de actividad, y en un contraataque contra esa pereza tenebrosa, acertamos a levantar nuestros culos de sus asientos y a pronunciar las palabras que nos harían fuertes ante la desidia: "vamos a dar un paseo por el bosque".


Y así fue como, en esa tarde de julio, pusimos rumbo a Hijedo, acertamos a mover un pie tras otro, comenzando a caminar... ¡Y vencimos!


Ante nuestros ojos, el viento mecía las ramas, movía las hojas. Nuestros oídos escuchaban el murmullo del arroyo, el caminar de nuestros pasos.


Nuestro tacto probó el sentir de la piedra, nuestro gusto el sabor del agua fresca, y nuestro olfato el paso de algún animal salvaje que se había revolcado entre la hojarasca.


Nuestros sentidos despertaron de su letargo, disfrutando de cada paso, de cada árbol, de cada brisa, de la calma del bosque y la compañía de los amigos que te acogen.


Nuestros sentidos despertaron esa tarde de julio jurando volver al bosque...



p.d.: a ver si saco un poco de tiempo y pongo las fotos y os cuento la vuelta al Curavacas que nos dimos Lara y yo el 23 y 24 de julio.

¡A cuidarse!