martes, 9 de octubre de 2012

Torrecerredo, 2648 metros, 15/09/12


Los Albos

Torrecerredo es la montaña más alta de Picos. Se encuentra metido en pleno macizo central en una de las zonas más salvajes de los tres macizos. Años atrás lo subí desde Poncebos, pasando por Bulnes, subieendo Amuesa y haciendo noche al lado del refugio de Cabrones, que estaba lleno. Dormimos al raso con un ligero viento sur que nos quitó la helada, y una luna que no te dejaba dormir, recortando las siluetas de las cumbres de alrededor. Esta vez la gracia era hacerlo en el día, pero como desde Poncebos sería una machada de la leche, se presentó la opción de salir de collado Pandébano.

Primer vistazo al Picu

Partes de una altitud cercana a los 1250 metros, por lo que son 1400 de desnivel. A las 8.30 de la mañana salimos de un Pandébano repleto de coches esperando poder tener suficiente margen de tiempo. Mucha gente sube camino de Vega Urriellu, y así, adelantamos y somos adelantados. Pasamos, por La Terenosa, cruzamos las Traviesas y seguimos hacia el refugio intentando llevar un ritmo bueno en esta primera parte, que es la más sencilla de transitar. 


Oteamos el Naranjo. El Picu aparece y te paras un instante a contemplarlo, como está mandao. También hace bastante tiempo pasé por este camino hasta el refugio, pero era invierno y la niebla no nos dejó ver al Urriellu más que unos escasos minutos, antes de taparse de nuevo. Para Lara el camino es completamente nuevo, y disfruta conociendo un poco más a fondo Picos.

Mirando al mar

Dos horas y poco hasta el refugio. Descanso y a coger agua. Están de obras y huele un poco mal (la fosa séptica?). Al coger el agua pienso que voy a echar de menos los polvillos isotónicos que se me han olvidado, pero...

Cara oeste del Urriellu

Mientras descansamos, unos escaladores bajan de la base de la pared. Uno de ellos se ha metido un buen vuelo al rompérsele un pie de apoyo (ahora el paso es 6c, dice). Por suerte, lo único que lleva roto es el pantalón, y un rasponazo en la pierna. Estos son de otra pasta, pensamos... Pero nosotros a lo nuestro.

 En la Corona del Raso

Dejamos el refugio observando un rebaño de rebecos que están ahí como si nada, tan acostumbrados ya a la presencia humana. Enfilamos hacia la Corona del Raso adelantando a un pequeño grupo, que va más cargado, antes de la Brecha de los Cazadores. Qué bien se va con mochila ligera, nos decimos, después de la anterior salida. El paso por la chimenea es fácil, pero de tanto tránsito está ya pulido. Cuidado con patinar si pones el pie un poco mal. Y ya arriba la vista sobre el Naranjo de Bulnes es una pasada. Ahí enfrente un paredón de 600 metros. 

Se intuye la Horcada Arenera

Otro descansito y camino de la Horcada Arenera que se intuye ahí mismo. Como viene siendo habitual Lara ya empieza a tirar más que yo. El camino no tiene de momento pérdida, así que bien.

El Diente de Urriellu

En la Horcada Arenera cogemos el mapa, ya que el terreno se hace menos evidente. A mano izquierda atraviesan otros montañeros ayudándose un poco con las manos. Tomamos este camino, pero al poco vemos que si bajamos más podemos ir por el fondo por terreno mucho más fácil llegando al mismo sitio ya que aparecen por ahí unos chicos. Estos nos indican luego para más adelante sobre un tramo en que se despistaron ellos. Más adelante donde todavía no vemos, no hay que subir por un marcado sendero, sino que hay que torcer a la derecha y descender ligeramente (para luego atravesar y unas llambrias horizontalmente como veríamos). Pero nos ocurrió lo mismo que a ellos, que el terreno te pide subir, y como el terreno es caótico, pensábamos que a lo que se refería era a un tramo algo anterior. El mismo error cometieron otros cuatro, que se lanzaron a adelantarnos como les dio la gana, hasta tal punto que Lara tuvo un pequeño susto al cruzarse justo uno de ellos por donde iba a pisar, y en un terreno muy inclinado en roca viva ya. un poco más arriba no se veían restos de camino, y mientras los otros buscaban un paso, nosotros dimos media vuelta al no verlo claro, encontrando el tramo antes mencionado.


Así, llegamos al borde del Jou de Cerredo, donde uno de los hombres anteriores esperaba a su compañero, que no lo estaba pasando bien con el destrepe. "Con la tontería habésis perdido 25 minutos", nos dijo. Y luego nos señaló el camino correcto que venía de mucho más arriba incluso de por donde habían pasado ellos. Pero nosotros, viendo las dudas que presentaba el anterior terreno hicimos bien en pensarlo dos veces.

Jou de Cerredo

Torrecerredo ya estaba ahí, en frente. Un bocata nos valió para reponer fuerzas, y para intentar ver la subida buena, que es fácil equivocarse al principio. Todo parecía encajar. Se veía un sendero en el pedregal más a la derecha y otro a la izquierda, por el que subía gente. A mi me quedaba el recuerdo de que hay que subir más a la izquierda de lo que aparentemente parece al principio. Por lo que parecía encajar que, por donde subía la gente era lo correcto. ¡Error!

Torrecerredo y Torre Labrouche

Decidimos dejar las mochilas al amparo de un enorme bloque que sirve de parapeto de vivac, para subir lo más ligeros posible. Empezamos a subir y seguimos el camino que habíamos visto, aunque un poco más adelante había hitos, que pensábamos iban a la Bermeja. Subimos ayudándonos con las manos. Trepada entretenida , aunque no había que descuidarse con la roca suelta. Al cabo de un rato aparecen dos personas de poco más arriba y nos sacan de nuestro error, que antes había sido el suyo. Por fortuna, poco más arriba se enlaza perfectamente con el camino bueno yendo hacia la izquierda.

Pico de los Cabrones

 Al cabo de un rato de ir ya por el camino correcto nos encontramos otra vez con dos de los hombres de antes, a uno de los cuales (el que antes también iba retrasado) se le ve ya muy justito, lo que nos confirma el compañero, con el que al final compartiríamos subida, cumbre y bajada. El último tramo es ya trepadita más seria. Fácil, pero no hay que despistarse. Yo no voy muy sobrado, lo que noto bastante al tener que ir suave para no liarla con algún despiste forzado por el cansancio, mientras Lara va de p... madre y se siente muy cómoda.

Foto de cumbre

¡Cumbre! Toy pichao y tengo que respirar antes de poder hacer fotos. Ella mira el paisaje y se la ve contenta de estar allí. En la cima somos unos cuantos y hay que tener cuidado al moverse de un lado a otro.

Con el macizo del Cornión de fondo

 Quince minutos allí arriba fue el tiempo que nos dimos antes de plegar velas. Habíamos tardado unas 6h30' y había que pensar en el regreso. Dominábamos todo aquel paisaje, no había nada más alto que nosotros. Veíamos el Llambrión a lo lejos, donde habíamos estado 15 días antes.

El Llambrión y la Palanca

 Comienzo del destrepe

Comenzamos la bajada después de lo que después dimos por seguro, era un grupo guiado. (Los guías nos adelantaron corriendo en la bajada desde el refugio al coche). Iban hacia la parte izquierda, mientras nosotros bajábamos más a la derecha al ser por donde subimos. Además, íbamos algo más rápido. Aunque para rápida fue Lara, que nos dejó al otro montañero y a mi, en un alarde de facilidad destrepadora brutal (también influyó mi cansancio y la necesidad de estar totalmente seguro en cualquier movimiento -hace 10 años bajaba como ella ahora-. Fui raspando bastante culo, la verdad.¡¡ Estoy viejo!!). Pasado el peor tramo tiramos hasta las mochilas a pegarle un buen viaje al agua, dejando un minisorbo de emergencia para la Horcada Arenera.

De vuelta

Al bajar la Brecha de los Cazadores yo iba medio desahuciado. Boca seca y piernas amenazando calambres si no bebía pronto. Me tomé un par de minutos para tomar aliento y auto convencerme de que el refugio estaba ya a tiro de piedra. Me costó más llegar a él que del refugio al coche. A Lara por su parte la empezó una molestia parecida a la de la vez anterior, pero en el otro pie y en otra parte.


 Al llegar al refugio me senté a descansar mientras Lara cogía agua. 40 minutos después, descansados, hidratados y habiendo terminado con el otro bocadillo retomamos el descenso. Llevábamos unas 10 horas. Aunque el dolor del pie reapareció y tuvimos que parar a poner esparadrapo, después de haber rechazado un nolotil de un escalador muy majo que bajaba. Mano de santo. Después del vendaje hasta corría.

 Peña Maín

 11h 30' después llegábamos a Pandébano todavía con luz suficiente para bajar la pista de día. La verdad que estábamos bastante bien después de todo. Luego Sotres nos acogió con unas cañitas con limón, para reponer líquidos. Y tuvimos una agradable charla con otros montañeros que habían pedido a Lara que les sacase una foto en las Traviesas con el Picu de fondo, al coincidir en el mismo bar.

El siguiente objetivo será la Mesa de los Tres Reyes, en el Pirineo Navarro este finde.

Nos vemos!!