Mirando hacia el sureste apreciamos gran parte del recorrido que nos queda por realizar. Estamos cerca del Pico de las Tetas (2103 mts), ese que se ve desde San Glorio (1609 mts) a la izquierda. Observamos el collado Robadorio que precede a la arista de los Altares, donde existe un pequeño tramo en el que te tienes que ayudar con las manos, y en segundo plano emerge la negra cara norte de Peña Prieta, el techo de la Cordillera Cantábrica.
Los bastones son nuestras herramientas, nos ayundan en cada pequeño paso hacia adelante a remontar las pendientes que nos encontramos. Son largos y delgados apéndices de nuestra anatomía que nos convierten en seres cuadrúpedos, para así, mitigar el desgaste de nuestras piernas.
Alcanzamos la cumbre del Tresprovincias (2499 mts), cuyo nombre lo expresa todo. Allí convergen Palencia, León y Cantabria. Allí se juntas las tres para darse la mano. Inmediatamente al sur las Agujas de Cardaño se descomponen alimentando las pedreras, con el Pico de las Lomas (2457 mts) saludando la mole calcárea de su vecino el Espigüete (2450mts), mientras entre ambos aparece el Murcia (2300 mts +-), muy alejado de la tierra que le da nombre.
Nos encontramos en lo que fueran, hace milenios, los dominios de hielos perpetuos. Ríos blancos congelados que labraron aristas y excavaron circos, hoy ocupados por múltiples lagos, lagunas o pozos glaciares. La Laguna de Fuentes Carrionas, a nuestros pies, es un ejemplo de ello, teniendo en la vertiente de Cardaño a su hermano, el Pozo de Las Lomas, oculto a nuestra vista. Mientras, el Pozo Curavacas aparece a vista de prismáticos bajo la norte de la montaña del mismo nombre (2520 mts).
El Pico del Infierno es el hermano menor de Peña Prieta. Lo evitamos cruzando su ladera pedregosa por el sendero, hasta ganar la cota máxima que alcanzaremos ese día, 2536 metros de altitud. En toda la cordillera no encontraremos punto más elevado que este, ya que, los Picos de Europa,que presentan altitudes mayores, están considerados como una entidad aparte, aislada, propia, por criterios de formación geológica a pesar de estar a pocos kilómetros de distancia.
Mirando hacia el norte, el vivac del Tresprovincias es testigo del enérgico relieve de los Picos, con sus tres macizos bien diferenciados; el oriental o de Ándara (por completo en tierras cántabras), el central o de los Urrieles, y el occidental o del Cornión. Y entre ellos, abriendo dos cortes entre la caliza, los ríos Duje y Cares se abren paso hacia el Mar Cantábrico.
Desde la cumbre se ven los Puertos de Riofrío con los riachuelos, remolones, serpenteando en el fondo del valle, transportando las gélidas aguas que se escapan de los lagos de montaña colgados en las laderas. Zona donde, como en el valle vecino de Pineda, pasta el ganado vacuno en la estación estival, para retirarse antes de que lleguen las nieves.
El macizo Central difuminado por la calima: las pedreras que caen camino de la Vueltona a la izquierda, Peña Vieja (2613 mts) en el centro y la canal del Vidrio a su derecha. Mientras, al fondo, la cara sur del Picu Urriellu (2519 mts).
Desde la cumbre de Peña Prieta, asomados al abismo, nos vamos despidiendo de las pendientes escarpadas de la montaña cantábrica, de sus pequeños lagos de agua turquesa y de sus demás encantos. Descendemos hacia los Altares, pero antes de llegar nos desviamos hacia el oeste, para meternos en el Valle de Lechada, cruzar por el Boquerón de Bobias hacia la Vega del Naranco y pasar de esta a San Glorio por el Boquerón de Tarna.