Si te digo que pienses en una mesa, imaginarás algo como esto:
Si te digo que pienses en los tres reyes, será algo así:
Pero... ¿y si de lo que te hablo es de la Mesa de los Tres Reyes?...
Ha llovido desde entonces, y más estas últimas semanas, de forma literal. Hablo de finales de octubre del año pasado. Si coges la carretera rumbo a Pamplona, continúas hacia Isaba y pasas de aquí al valle de Ansó, llegas a Zuriza, donde existe un camping. Y si continúas hasta el final de la carretera llegarás al refugio de Linza.
Allí te calzas las botas...
... y pondrás rumbo al collado del mismo nombre...
... que te quedará a medio camino de tu objetivo.
En la época de la que hablamos, a pesar del sol, el frío se hace sentir.
Y la nieve ya habrá hecho acto de presencia, aunque sea tímidamente.
Avanzarás poco a poco, mirando atrás para observar lo recorrido...
... y te internarás en el laberíntico lapiáz, con cuidado de no errar ni el camino, ni la pisada...
Te aproximarás a la cumbre y alzarás la mirada hacia el Pirineo...
... y sonreirás en lo alto, rodeado de más montañeros.
Descansarás por un momento, embriagando tu mirada...
... para volver sobre tus pasos...
...hasta que tengas que despedirte.
La Mesa de los Tres Reyes (2444 m.) es el punto de encuentro entre Francia, Navarra y Aragón. Desde Linza tienes un recorrido de 1264 metros de desnivel, y entre 7.5 y 9h, ida y vuelta, por un terreno que no presenta muchas complicaciones, salvo en las partes en las que tienes que cruzar el lapiaz y algo más arriba de este, en un caos de bloques, justo antes del asalto final. Después del esfuerzo podrás repostar en el refugio calentito.