La "Orange Wall" tiene nombre de una supervía de pared, pero no, es la denominación de uno de esos sectorcillos que van naciendo poco a poco en Gadea gracias al empuje de un francés que se ha enamorado de esta zona. Dejaremos los detalles de ubicación, bloques y grados para más adelante, pues todavía queda trabajo por hacer y no me corresponde a mi darlos a conocer. La desplomada franja rocosa en que consiste acojona por la altura de sus bloques, alguno de los cuales no le vendria nada mal una chapa y una cadena.
Previa parada en la fonda Rafael, con picoteo de jamón incluido, Rafa nos llevo hasta la pared, donde nos dejó después de un rato. Javi y Pablo se fueron haciendo poco a poco algunos pasos, mientras yo los probaba sin exito, pero por intentarlo que no quede. En uno de ellos llegué bastante arriba, después de un par de movimientos que me costó un triunfo aguantar y que me inflaron los antebrazos sobremanera. Así, con los brazos totalmente petados y las manos casi empezando a abrirse no tuve más remedio que saltar de forma controlada para no forzar la caida. Luego lo volví a intentar después de echar un vistazo a la salida y limpiarla un poco de arenilla, pero esta vez no pude enlazar la secuencia de la parte inferior, así que para otro día. Como tenía que bajar pronto dejé al resto al resguardo del viento del norte y esperando tuvieran la suerte de que esas nubes del cielo gris no descargasen sobre sus cabezas.
2 comentarios:
Si es que cada día me parezco más a ella con mi super moreno albino...
por eso es, por lo moreno, jejejej
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