sábado, 5 de marzo de 2011

Sagrado Corazón por la canal de San Carlos

La Viorna con Peña Prieta al fondo

25/02/11, 10.30 a.m Partimos de La Parte, un barrio de Colio (600m.). 1540 metros más arriba, sumergido entre las nubes que ocultan el macizo de Ándara (oriental), se encuentra el Sagrado Corazón ó Pico San Carlos, punto culminante del recorrido. En realidad el objetivo principal es ascender la canal del mismo nombre, a la cual se puede acceder también desde el vecino pueblo de Argüebanes, que supone algo más de desnivel.
La nieblilla

La pista por la que iniciamos la ascensión, en ocasiones de hormigón, tiene una pendiente severa y gana altura rápidamente. Nos adelanta un "picup" con remolque que hace de taxi a unas ovejas. A media pista ya comienza a chispear suavemente y tenemos que sacar el "gore", que no nos quitaremos hasta estar de vuelta en el coche. Por cierto, la puñetera "ley de Murphy" se cumple a rajatabla: si no cae y me quito la capucha, empieza a caer, y si me la pongo, para (la madre que parió a Murphy).

A mitad de canal

En dos horas nos plantamos en la base de la canal, habiendonos metido ya en la nube, que se espesa más y más. En los últimos tramos de la pista nos topamos, primero, con dos montañeros que llevaban skies en la mochila, y más tarde con otro que iba sólo. Así que pesamos que tendríamos huella hecha para subir, pero dada la hora a la que bajaban ellos encontraron la nieve dura y pudieron subir con los crampones sin hundirse, mientras que nosotros debemos sufrir los que hemos dormido de más. Intentando llevar un ritmo bueno, pero sin reventar, coronamos el collado San Carlos en hora cuarenta más.


 Canal de San Carlos

En el collado el viento del norte nos pega de lleno, y con guantes y todo (eran finos), las manos duelen. Lo que nos hace plantearnos bajar sin hacer ninguna cumbre. Al final déspués de comer algo resguardados, optamos por la cumbre de menos desnivel, dejando a su vecino Samelar sin visitar (además, estaba más pelado de nieve). Para llegar a la cima la arista está casi por completo sin nieve, pero la pala norte está blanca, así que, para que Jaime pueda estrenar sus crampones y se familiarice con ellos nos metemos en la parte nevada, pensando que estaría más dura de lo que estaba al dar al norte. Al final, encontramos pocos tramos "duritos", pero que le íbamos a hacer.

Jaime, cumbre del Sagrado Corazón

De vuelta en el collado, optamos por no poner los crampones porque se hace bien la huella para bajar. Pero si haya un dicho que dice que las prisas no son buenas, será por algo. Al poco de empezar el descenso y como consecuencia de querer bajar más deprisa de lo debido, me encuentro deslizándome pendiente abajo sin darme casi ni cuenta, al perder el apoyo del pie izquierdo. Un bastón se me va (o lo solté, ni me acuerdo), y con el otro consigo pararme sin demasiados problemas, antes de coger demasiada velocidad. Al mirar hacia arriba Jaime está petrificado y no se atreve a bajar. Pero sabiendo que ha sido por forzar el paso, le convenzo de que no hay problema bajando a ritmo normal. Le digo que se acerque más a la huella de subida, ya que comenzamos a bajar por un lado más directo, y baja sin más problemas. Seguimos bajando acompañados por la fina lluvia incesante,y por el camino nos visita un tímido arco iris que se planta delante de Peña Ventosa. En total estuvimos ocho horas desde que salimos. ¡¡¡Tocaba ir a reponer fuerzas a Unquera con unas corbatas!!!




p.d.: las fotos son de Jaime, que yo en este viaje me ahorré el peso.

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