Barcena Mayor, punto de partida
¿Ya es hora no?, me he dicho muchas veces desde hace mes y medio. Y si, ya era hora que pusiera la ruta de Semana Santa... La verdad que desde entonces tampoco he hecho nada, sólo la semana pasada me dejé caer por Castro Valnera, para que Jaime pudiera hacer algo antes de empezar a currar este verano y despedirse de los fines de semana.
Queda lejos ya, pero intentaré hacer memoria...
Camino por andar
Erase una vez, la semana santa de 2011. Por motivos de agenda (como los políticos) los cuatro días originales se reducen a la mitad. La idea era hacer algún trekkig de varios días, y después de haber sopesado varias opciones, entre GRs y demás, debido al poco tiempo nos decidimos por algo cerca de casa. Partiendo de Barcena Mayor haríamos un circuito pasando por Ozcaba, El Paulinar, Sejos, Puente Pumar, Tudanca, Colsa y llegada al punto original. Según el libro de referencia (Trekkig y alpinismo en el norte de España, Ed. Blume) son 73km repartidos en cuatro días. Lo cual era algo asequible y para poder disfrutar.Luego se empezaron a torcer las cosas, entre las obligaciones y la meteorología, que para los que no se acuerden: hizo de perros. Así, eligiendo los dos días de supuesto mejor tiempo, nos armamos de valor y decidimos apretar las etapas y dejarlas en dos.
Caminando por la Reserva del Saja
Desde antes de empezar, la ruta estaba destinada al fracaso. Casi me da vergüenza decirlo, pero tenía la idea de que el camino a seguir era una pista por la que ya había caminado e ido en bici algunos años antes. ¡Craso error! Esa pista en vez de conducir a la Cabaña de Ozcaba, llevaba al Alto de la Cruz de Fuentes, más alto y de más recorrido que el camino correcto. Al final, nos metimos 16 km en casi 4 horas hasta el alto. Siendo adelantados en todo el recorrido, por lo menos, por cincuenta o más bikers que entrenaban para los 10.000 del Soplao.
Aquí iba bastante recto
Además, al tener la intención de ser totalmente autónomos, llevando tienda para vivaquear, comida con hornillo, etc, y ropa de más, por eso de la lluvia, nos plantamos con una mochila bastante más pesada de la recomendada para lo que pretendíamos hacer. ¡Otro error!
Ganaderos soltando jatos
Así, la subida hasta Cruz de Fuentes, fue un pequeño calvario kilómetro a kilómetro, a pesar de nuestra motivación por estar por fin en marcha. Aún con todo, yo creo que no se nos dio ni tan mal. También sufrimos un pequeño retraso al intentar enseñar a Lara unas cascadas que hay cerca de la pista, pero me confundí de "curva".
Alto de la Cruz de Fuentes (1283m.)
Al llegar al alto y comprender mi error tuvimos que improvisar sobre la marcha. Algo a lo que ya estabamos abiertos antes de salir por si el tiempo empeoraba o las fuerzas no acompañaban, aunque ahora dolía más por no haber comprobado el camino rigurosamente y haber confiado en los recuerdos.
Collado Rumaceo al fondo
Comemos y vamos mirando el mapa MTN50"Tudanca", Hoja82. Estamos más altos que el Puerto de Palombera. Desde aquí sale una pista que enlaza con Ozcaba (más bajo que el puerto), pero... retomar el camino original y llegar a Sejos es una brutalidad, así que descartado. Vemos una alternativa de poder "salvar" el recorrido. Bajar hasta Palombera y tirar desde allí hacia el collado Rumaceo, por debajo del Liguardi, y bajar en dirección Sejos. Así estaríamos cerca de conectar la ruta del libro.
Puerto de Palombera (1257m)
Dicho y hecho, pero empieza a llover y tenemos que recoger a toda prisa. En Palombera el tiempo no mejora, aunque por lo menos el camino no tiene pérdida, y me suena de haberlo estudiado semanas atrás como una posible ruta que al final no salió. Con todo el trajín nos vamos quedando sin agua, y estamos atentos para cogerla al cruzar el río. La lluvia va y viene, y en un momento dado hasta nos graniza, teniendo que parar por los perdigonazos del hielo. Las fuerzas empiezan a estar ya un poco justas.
Camino a Rumaceo (1700m)
Nos acercamos a una "cabaña", que es más un pequeño asubiadero, y justo antes de llegar nos sorprenden dos ciervas seguidas de dos perros de caza. Los cuatro cruzan delante nuestro bajando hacia el valle de la izquierda. Al poco rato escuchamos lo que parece un tiro, y luego nada. Al ser el del atuendo más llamativo voy delante, no vaya a ser que nos manden a criar malvas antes de tiempo. No escuchamos nada más y nos paramos en el chozo a inspeccionar por si fuera mejor hacer noche allí. Aunque vieno que iba a ser algo incómodo lo desestimamos. Así que continuamos ascenciendo, menos mal que queda poco y luego toca bajar. Con la tontería se va haciendo tarde, sobre las siete. Y entonces se ilumina todo alrededor y el estruendo del trueno retumba todo. Hay que bajar de aquí. A unos 50 metros de desnivel del collado Rumaceo damos media vuelta. La tormenta parece estar por detras del Liguardi y del collado. Bajamos hacia la choza y luego ya veremos. Parece que la tormenta remite y en la cabaña barajamos la opción de quedarnos allí. Pero al poco otro rayo. No hay opción, hay que seguir bajando y escapar de las zonas altas. Más vale ser prudentes. Cogemos el mapa y decidimos bajar al pueblo de Soto, pues parece la opción más directa. Jarrea como si Noe acabara de meter los animales en su arca. La tormenta está justo encima del collado y se dirige hacia nosotros. La pista entra en el bosque y los truenos retumban encima nuestro. Estamos un poco asustados por las historias leidas (escaladores pasando la tormenta en una repisa y todo el material metalico, clavos, mosquetones, piolets, etc, en otra) y escuchadas a algún conocido. Nos deshacemos de los palos temiendo que puedan atraer los rayos, pensando reccuperarlos al día siguiente si tuvieramos animo y fuerzas.
Carro en el pueblo de Soto
Saliendo de Soto, gore y cubremochilas
El Viernes Santo empezaba con el cielo encapotado y la lluvia haciendo acto de presencia desde la salida. Yo tengo un dolor en el talón del pie derecho, consecuencia de la procesión de Jueves Santo. Estamos reventados por la dureza del día anterior, así que nos olvidamos de los bastones.
Cerca de Palombera
Salimos sobre las 12 a.m rumbo a Palombera, ya que hemos decidido bajar a Bárcena por Cruz de Fuentes, al ser lo más directo desde donde nos encontramos. Así evitamos sorpresas y aseguramos la vuelta. Además, el tiempo no parece que vaya a mejorar.
¡Caracoles!
Dejando atrás la carretera del puerto
Nos lo tomamos con bastante calma, ya que tenemos todo el día para llegar y vamos hechos un guiñapo, por lo menos yo, que desde el comienzo llevo la espalda molida por la mochila, y eso que hemos reducido el peso de la cena y desayuno.
El Ropero desde el refugio
Comemos en el refugio del Alto de la Cruz de Fuentes, en el que no habíamos entrado a la ida. Encontrareis unas pinturas muy interesantes y un aviso a navegantes... (en parte con razón, aunque algo extrema).
Refugio
Vamos dejándonos caer pista abajo y disfrutamos del bosque que nos rodea. Esas preciosas hayas de corteza gris. Nos vamos conformando, dando por buena nuestra experiencia. No siempre sale todo redondo, ¿no?. Mientras yo creo haber encogido algunos centímetros bajo esa mochila infernal.
Hayedo (Fagus Sylvatica)
A ratos sale el sol para que lo veamos un poco en esta ruta, y para hacernos parar varias veces en poco tiempo entre "quitaropaquecalorhaceahora", "ponropaquesehametidootravez", etc...
Ya caminamos por inercia, nuestras piernas de echo, no saben hacer otra cosa. Un paso, otro, otro...
Material para bonsai
...pero llega un momento en el que me es complicado caminar sin dolor, así que el ritmo se ralentiza bastante, lo que se une al comienzo de otra tormenta, aunque esta vez se antoja más lejana, y la proximidad del pueblo nos da seguridad.
Lara con mi mochila
Fin de etapa
De vuelta en el coche las piernas se encuentran raras al no estar en marcha. Entre los dos días han sido casi 17 horas camiando, sin contar las paradas largas para descansar o para comer. Al final nos quedamos sin estrenar la tienda, nos quedamos sin palos, volvimos reventados, mojados, lesionados (sólo yo), pero...¡vivimos una experiencia!
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