Bueno, antes de acabar el año he conseguido vencer a la pereza y poner la entrada sobre Monte Perdido que me faltaba. Además, viendo unos videos hechos por Reini ( http://vimeo.com/user5540022 ), me motivé para hacer una presentación de diapositivas con las fotos que tenía en vez de colgarlas sin más en el blog. Espero que os guste.
Untitled from Geografía del Bulder on Vimeo.
Después de hacer el Taillón, volvimos un par de días después a Torla para intentar algún otro "tresmil" antes de tirar hacia Zaragoza y Albarracín. Además, el año pasado nos gustó mucho el valle de Ordesa y la zona de Góriz, así que subimos para allá con la tienda para no depender del refugio y sacarla partido. En algún tramo me la tuvo que llevar Lara, para descansar algo del peso. En el circo de Soaso decidimos tirar por las clavijas, que el año anterior habíamos evitado por prudencia, pero esta vez ibamos con más confianza, y si estás acostumbrado a escalar y no haces ninguna tontería, se pasan sin problema y te diviertes. Eso si, había que andar con algo de ojo al peso de la mochila que no te descompensase, ya que al ir cargados con el saco, hornillo, tienda, etc, no es lo mismo que llevar mochila de ataque. Llegamos al filo de la noche con un vendabal de viento helado, que nos hacía tener que parrarnos en las rachas más fuertes para no perder el equilibrio, así que al montar la tienda y entrar en ella, la recompensa fue doble.
Al día siguiente el plan era hacer el Marboré (3248 m), ya que no sabía si habría nieve en el Perdido y habría menos gente seguro, pero en la desviación nos liamos un poco, porque había hitos por todos lados y finalmente Lara propuso hacer este último que la motivaba más, y al confirmar con un chico que bajaba, que no había nada de nieve por el camino, nos decidimos por él. Lentamente subimos para allá superando algunas clavijas y tramitos de roca, que hacían el ascenso más ameno, rompiendo la monotonía del ritmo... paso...paso... En palabras de Rafa (más o menos): "en vez de ser un deporte de resistencia, es más bien de insistencia". El primer día fueron 840 metros de desnivel, y este segundo tocaban casi 1200, por lo que la mochila se hacía notar, a pesar de ir algo más ligeros que el día anterior. Así, nos fueron adelantando algunos montañeros con mochilas ligeras... como les envidiaba (en el buen sentido). Llegamos al Lago Helado, rozando la cota de los 3000 metros, y decidimos parar a comer. Apenas nos quedaban 45 minutos de ascenso, supuestamente, pero yo prefería ir poco a poco. Después de unos bocatillas y un pequeño descanso, comenzamos el último tramo. Tonto de mi, no me di cuenta de dejar las mochilas el el lago, y subir ligeros, por lo que el recorrido final se me hizo un pelín más largo, mientras Lara, como hiciera en el Taillón, se me iba adelantando poco a poco. Y a falta de unos 50 metros de desnivel, apareció sin mochila para coger la tienda y volver a subir con ella (ya había hecho cima y algunas fotos). Arriba había un grupo de chicos/as con el que nos intercambiamos cámaras para hacernos la respectiba foto de cumbre con los nuestros. Más fotos, agua, barritas, descanso, mirada al mapa y hacia abajo, que quedaban poco más de 2000 metros de bajada hasta la Pradera de Ordesa y el coche. Ni que decir tiene que se nos hizo de noche en el útimo tramo. Unas 12 horas en total ese día, más casi 4h el anterior. Ya nos íbamos contentos con las rutas realizadas y con la espinita del año anterior sacada. Al día siguiente a Zaragoza, a hacer unos pasos en el panel donde entrena Rafa, y luego a Albarracín, donde disfrutamos más de sus callejuelas, que de los bloques de arenisca.
¡Hasta la próxima!
p.d.: pido públicas disculpas por no haber asistido este año a la tradicional "cena del agujero". ¡¡El año que viene nos vemos ahí!!
Al día siguiente el plan era hacer el Marboré (3248 m), ya que no sabía si habría nieve en el Perdido y habría menos gente seguro, pero en la desviación nos liamos un poco, porque había hitos por todos lados y finalmente Lara propuso hacer este último que la motivaba más, y al confirmar con un chico que bajaba, que no había nada de nieve por el camino, nos decidimos por él. Lentamente subimos para allá superando algunas clavijas y tramitos de roca, que hacían el ascenso más ameno, rompiendo la monotonía del ritmo... paso...paso... En palabras de Rafa (más o menos): "en vez de ser un deporte de resistencia, es más bien de insistencia". El primer día fueron 840 metros de desnivel, y este segundo tocaban casi 1200, por lo que la mochila se hacía notar, a pesar de ir algo más ligeros que el día anterior. Así, nos fueron adelantando algunos montañeros con mochilas ligeras... como les envidiaba (en el buen sentido). Llegamos al Lago Helado, rozando la cota de los 3000 metros, y decidimos parar a comer. Apenas nos quedaban 45 minutos de ascenso, supuestamente, pero yo prefería ir poco a poco. Después de unos bocatillas y un pequeño descanso, comenzamos el último tramo. Tonto de mi, no me di cuenta de dejar las mochilas el el lago, y subir ligeros, por lo que el recorrido final se me hizo un pelín más largo, mientras Lara, como hiciera en el Taillón, se me iba adelantando poco a poco. Y a falta de unos 50 metros de desnivel, apareció sin mochila para coger la tienda y volver a subir con ella (ya había hecho cima y algunas fotos). Arriba había un grupo de chicos/as con el que nos intercambiamos cámaras para hacernos la respectiba foto de cumbre con los nuestros. Más fotos, agua, barritas, descanso, mirada al mapa y hacia abajo, que quedaban poco más de 2000 metros de bajada hasta la Pradera de Ordesa y el coche. Ni que decir tiene que se nos hizo de noche en el útimo tramo. Unas 12 horas en total ese día, más casi 4h el anterior. Ya nos íbamos contentos con las rutas realizadas y con la espinita del año anterior sacada. Al día siguiente a Zaragoza, a hacer unos pasos en el panel donde entrena Rafa, y luego a Albarracín, donde disfrutamos más de sus callejuelas, que de los bloques de arenisca.
¡Hasta la próxima!
p.d.: pido públicas disculpas por no haber asistido este año a la tradicional "cena del agujero". ¡¡El año que viene nos vemos ahí!!
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