Este último fin de semana hicimos un poquillo de todo. Aparecí por Gama siglos después con eso que llaman cuerda y arnés. Completaron el equipo Andrés y Jaime, que se batieron con nobleza en las vías -algunos quintos y sextos- que les iba poniendo hasta llegar a la extenuación, hasta que el ácido láctico no pudo llenar más sus antebrazos hinchados. Apretó el sol y secó nuestras gargantas dejándonos sedientos al finalizar el día. Yo me llevé para casa la ilusión de un par de 6b`s, en concreto uno en el que tuve que esforzarme más psicológica que físicamente, ya que una vez pasado la medio placa-diedro-fisura de la primera mitad pensaba -iluso de mi- que ya habrían acabado las complicaciones, pero me encontré con una sección donde tuve que hilar fino para no caer, y esforzarme mentalmente para no colgarme de la última chapa cuando ya cerca de la cadena no veía la secuencia. Pero hice caso a los consejos de Arno Ilgner en su libro "Los guerreros de la roca" y cambié los pensamientos debilitadores tipo; me quiero colgar, me voy a caer, etc, e intenté relajarme, forzar un poco más la espera y desubrir una secuencia que me permitiera salir airoso del lance y llegar a la cadena. Así que imaginación y técnica (aunque la mía sea escasa) al poder, un pie mano a la altura de la cadera para equilibrar y "vualá". Creo que esa misma vía ya la había hecho hace una pila de años, pero no me acordaba de nada. Después de comer otro escalador se metió en la vía y pude ver como se petaba arriba del todo teniendo que colgarse al intentar ir demasiado directo. Si yo hubiera hecho eso me hubiera caído seguro. Su compañero me confirmó en grado de 6b del croquis, que era lo que me parecío la vía, me quedé también contento por haber "atinado" con la graduación.
El domingo, al final nos decidimos a pasar por las Tuerces en plan relax (salir y escalar al día siguiente no es buena opción siempre) y Lara, Jaime y yo nos paramos en una ola de roca cerca del Caliz, en la que nunca habíamos hecho nada. Hicimos algunos bloques, aunque no muchos porque llegamos tarde. Ellos se llevaron un V+ o así bastante chulo y con altura, y yo me pegué con un 6c, que me dejó encadenarlo en el 5º intento, que ya era el pegue de la desesperación. Así, entre bufidos llegué a las presas salvadoras sin apenas creerlo, y acabé subiendo el trozo que quedaba disfrutando como un niño por los cazos de salida. Qué subidón!!!! Después de eso al Valentín y pa casa.
p.d.: no llevé cámara así que no tengo fotos, pero cuando me las pase Jaime ya pondré alguna.
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